Mensaje de Pentecostés - 2013
 


Traducción al español:

Mis queridos y queridas hermanos y hermanas en Jesucristo. Estoy aquí para desearos a todos un bendito Pentecostés feliz y espiritual. Para entender el significado del Pentecostés tenéis que abrir las páginas de los hechos de los apóstoles. El capítulo 2 habla del Pentecostés en Jerusalén.

Debéis saber que mientras Jesús estuvo vivo, mientras estuvo en la tierra nos prometió el Espíritu Santo. En el capítulo 14 de Juan, verso 16, él dijo “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre”.  El Espíritu Santo es una persona, un defensor, un Consolador, un ayudante. Esa fue la promesa de Cristo.

Así que los apóstoles estaban esperando en el Cenáculo el don del Espíritu Santo, eso significa que esperaban la llegada de la persona, la tercera persona de la Santísima Trinidad, el Espíritu Santo.
Antes de este ascenso al cielo Jesús dijo sobre el Espíritu Santo, esperad en la ciudad hasta que el poder llegue de lo alto.Lucas, Capítulo 34, verso 48: El Espíritu Santo es un poder, un poder de lo alto. Y los apóstoles esperaban ser arropados por este poder de lo alto. Y vemos en el capítulo dos de los Hechos de los Apóstoles, que mientras rezaban juntos el Espíritu Santo llenó el cuartoy se les posó a cada uno de ellos en forma de lenguas de fuego y descansó en cada uno y fueron llenos del Espíritu Santo.

Así podemos entender cómo podemos recibir al Espíritu Santo. Debemos rezar, la experiencia del Espíritu Santo es la experiencia de la oración. Mientras ellos rezaban en un solo espíritu, un corazón, juntos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, y vemos cómo mientras eran llenos del Espíritu Santo, empezaron a rezar en lenguas y hubo un gran gozo que los judíos lo malinterpretaron y dijeron esta gente se había emborrachado con vino, vino nuevo.
Y ahí vemos a Pedro, el líder de los apóstoles, adelantarse y dar un discurso largo, en el que muy claramente dice que ellos no estaban borrachos, sino que todos fueron llenos del Espíritu Santo, tal y como se le prometió al profeta Joel y cuando meditamos en este Pentecostés, podemos ver el cambio que aconteció en la vida de los apóstoles.

Mientras Jesús vivió, les ordenó ir a predicar el evangelio a todas las naciones pobres. Él prometió carismas, el carisma de la sanación, el carisma de la oración en lenguas, el carisma de las maravillas y los milagros. Pero después de la muerte de Cristo, incluso tras su resurrección, esta gente no fue a predicar. No realizaron ningún milagro, todos se quedaron en un cuarto amplio. ¿Por qué? Tenían miedo; miedo de los judíos. Pensaron que los judíos los atraparían a todos y los matarían como mataron a Jesús en la cruz y tenían miedo de enfrentarse a la muerte o al sufrimiento. Querían a Jesús, pero no querían sufrir como Jesús. Por eso, cuando detuvieron a Jesús, Pedro le negó 3 veces, diciendo “no conozco a ese hombre”. No porque Pedro quisiera menos a Jesús, NO, sino porque no quería morir, sufrir como Jesús. Por eso le negó.

Vemos en el Pentecostés lo que le sucedió a Pedro al llenarse del Espíritu Santo. Se convirtió en león en Pentecostés y comenzó una larga homilía, una larga charla, pidió a los Judíos que se arrepintiesen y creyeran en Jesucristo y se bautizaran para recibir el regalo del Espíritu Santo. Y el resultado de su charla fue que 3000 hombres creyeron en Cristo y recibieron el poder del Espíritu Santo y ahí comenzó la Iglesia.

Mis queridos hermanos y hermanas, hoy lo que necesita la Iglesia, lo que el mundo necesita es el Espíritu Santo. El Espíritu Santo como compañía constante, que nos lleva a todos a Jesús y nos hace ser como Jesús. Y aquellos que estáis escuchándome, muchos habéis acudido a mi retiro, muchos recibisteis mis oraciones, en lo que he insistido es que todos deberíamos saber cuál es nuestra verdadera vocación. Nuestra vocación es ser como Jesús. En Romanos, capítulo 8, versículo 29: Se dice que para toda la eternidad habéis sido llamados a ser como Jesús. Sí, esa es la verdadera llamada de un cristiano, ser como Jesús.

¿Cómo podemos ser como Jesús? ¿Podemos ser amorosos como Jesús? ¿Podemos ser pacientes, mansos, como Jesús? Sí, podemos, a través del poder del Espíritu Santo. Cuando el Espíritu Santo viene, viene con todos sus frutos.
Según leemos Gálatas, capítulo 5, verse 22y 23, recibimos todas las virtudes y frutos del Espíritu Santo. Eso transforma nuestra vida a semejanza de Cristo. Y podemos ser una persona como Jesús y eso es lo que Jesús desea que seamos también, nos llenaremos de los siete dones y se nos dotará con el carisma de ser testigos.

Sí, un cristiano en el mundo debería ser una estrella brillante. Debéis ser como un fuego que irradie la luz de Cristo en las palabras, hechos y acciones de todos. Y el Señor llama a todos los cristianos a ser testigos del poder del Espíritu Santo. ¿Quién es un testigo? Uno que se pone en la persona de otra persona. Debemos estar en el lugar de Jesús. Deberíamos ser otro Cristo. Y mostrar el amor de Cristo al mundo entero. Deberíamos traer la salvación de Cristo al mundo entero, esa es la responsabilidad de un cristiano. Y el poder del Espíritu Santo viene a nosotros y nos fortalece para ser como Cristo y para ser un testigo poderoso.

En este día de Pentecostés, mi queridos hermanos y hermanas en Jesucristo, abrid vuestros corazones al Espíritu Santo. El Espíritu Santo caminará con vosotros, en todos vuestros problemas, en vuestras dificultades, en todas vuestras enfermedades y problemas, y seréis capaces de ver la mano de Dios a lo largo de toda vuestra vida.

Sabéis que la primera labor del Espíritu Santo es llevarnos a Jesús y al padre, y si somos guiados por el Espíritu Santo, siempre experimentaremos a Jesús en nuestras vidas. Jesús dijo ese día, o sea, el día en que recibís el Espíritu Santo, “estaréis en mí y yo estaré en vosotros”.  Juan 14:20 Esto es lo que los apóstoles experimentaron a pesar de que Jesús se les apareció varias veces, no podían creerse que él estuviera vivo. Pero cuando llegó el Espíritu Santo, supieron y se convencieron de que Jesús estaba vivo, no sólo vivo, sino vivo en ellos. Para que ellos tuvieran el poder, la valentía de seguir adelante.

Y vemos que todos los apóstoles siguieron predicando, ya no tenían miedo de los judíos; no sólo eso, sino que estaban listos para dar sus vidas por Jesús. Sabemos que salvo Juan, todos los apóstoles se enfrentaron al martirio. Si miramos a la Iglesia en sus inicios vemos que la gente estaba llena del Espíritu, tenían el coraje de predicar sobre Jesús y también fueron mártires. La Iglesia tuvo muchos mártires durante el primer siglo. Debéis saber que 55 Papas fueron mártires.  Sí, la iglesia creció bañada en la sangre de los mártires. Hoy muchos cristianos temen sufrir con Jesús. Ese es uno de los problemas. Todos quieren recibir al Espíritu Santo para alabar al Señor, para disfrutar de la paz, el gozo, los regalos de las curaciones, pero muy pocos quieren compartir el sufrimiento de Cristo.

Mis queridos hermanos y hermanas, si de verdad amáis a Jesús y seguís a Jesús, a veces nos llamará a sufrir con Él. Sabéis que desde el pasado 21 de diciembre, estoy enfermo y encamado, aún no puedo levantarme y andar
no puedo levantar mis manos y estoy como un niño en la cama. La gente me da de comer y me cuida. Y como sabréis, estoy en un hospital en Austria para un tratamiento de fisioterapia. Estos cuatro meses, os puedo decir con honestidad, que he sufrido mucho y he estado a punto de morir. Sí, pero nunca me he decepcionado, nunca he perdido mi valentía, nunca pierdo el disfrute, si preguntáis a quienes vienen a verme, os dirán lo contento que estoy.

Sí, no miento. Incluso ahora me regocijo con mi Jesús porque me ha escogido para ser un vehículo para sufrir con Él y sufrir por Él. Sé que a través de mi sufrimiento mucha gente, muchas familias están recibiendo muchas Bendiciones. Agradezco a Dios el don del sufrimiento que me ha dado. Entiendo que estoy atravesando un bautismo de fuego. Esa fue la profecía de Juan el Bautista. Pronto serás bautizado con el fuego del Espíritu Santo.

A muchos cristianos les gusta el bautismo del Espíritu Santo, pero no es el bautismo de fuego, sufrir, ser rechazado, ser perseguido. Esta es la época en la que el Señor nos pide que seamos bautizados en fuego. Ahora mis hermanos y hermanas en Jesucristo, os deseo a todos los que veis este programa y a mis amigos y familiares, mis guerreros de la oración, mis benefactores, un Pentecostés muy feliz y lleno del Espíritu.

Aprovecho esta oportunidad para agradeceros por sufrir conmigo, por mostrar vuestra compasión, vuestro amor, las oraciones ofrecidas en vuestras misas, etc. Sé que muchos de vosotros estáis ayunando para mi pronta recuperación. He oído que hay gente que ha ido andando desde su casa hasta Fátima,  otra gente hasta Lourdes, algunos están continuamente ayunando y haciendo cadenas de oración, rezos a Jericó por mi recuperación. No tengo nada para daros a cambio  queridos amigos, sólo mis oraciones, mi amor y mis bendiciones.

En mi santa misa y mis oraciones y sufrimientos os recuerdo. Os puedo decir que todos sois hijos míos. Sí, soy vuestro padre y os quiero. Os bendigo y deseo el amor, el gozo y la paz del Espíritu Santo en vuestra vida personal y en la de vuestras familias. Que Dios os Bendiga. Ahora cerrad los ojos. Voy a hacer una breve oración por vosotros.

Espíritu Santo, Espíritu Santo ven con tu fuego (4)
Ven Espíritu Santo deja que tu fuego se derrame
Espíritu Santo, Espíritu Santo ven con tu fuego (4),
ven Espíritu Santo deja que tu fuego se derrame (2)

Espíritu Santo ven a todos aquellos que escuchen este mensaje. Llena sus corazones con amor, paz y alegría. Si alguien tiene una depresión, que toda tristeza se sane ahora mismo. Si alguien tiene problemas de rechazo, ahora mismo dale amor, Señor Jesús. Si hay alguien sin paz, dale una paz profunda.

Ven Espíritu Santo sobre la gente que esté enferma, rezo para que quienes tienen cáncer se sanen, aquellos que tienen esclerosis múltiple, aquellos que padecen de distintas enfermedades, ahora mismo Espíritu Santo ven a ellos, desciende sobre ellos con poder, con graci y ahora mismo bendice a sus familias, hay familias rotas sin amor entre marido y mujer, padres e hijos.

Ahora mismo Espíritu Santo ven y llena el vació entre la gente, haz que se quieran los unos a los otros. Espíritu Santo del Señor, permanece en el corazón de todo aquél que ame a Jesús, crea en Jesús, y acepta a Jesús como su señor y  se quieren mutuamente. Espíritu Santo del Señor, desciende sobre la Iglesia, que tu cuerpo una a la Iglesia, santifica a la Iglesia ahora mismo.

Espíritu Santo del Señor ven (3) con tu gracia, tu poder, tu protección
Ven Espíritu Santo cúbrelos con tu amor, cúbrelos con tu protección, Aleluya (7).

Señor Jesús, estos son mis hijos, esta es mi gente, que me quiere, reza por mí, que me ayuda con su dinero, me ayudan en lo que pueden
Bendícelos Señor (2).
Y ellos rezan por mi total recuperación.
Señor Jesús, Bendícelos (2) y llévalos a todos a tu corazón, que el agua viva, el Espíritu Santo que emana de tu corazón fluya en ellos.

María, madre buena, la primera carismática, la primera en ser llena del Espíritu Santo, reza por esta gente, para que se llene del Espíritu, para que cada vez quieran más a Jesús, a la Iglesia, se quieran los unos a los otros.
Ven María por nuestra gracia, madre María quédate con nosotros.

Gracias Jesús (2). Aleluya (2).

Mis queridos hermanos y hermanas, os llevo a todos al corazón de Jesús, al corazón de nuestra madre María y os Bendigo en el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo, Amén.
Mis queridos hermanos y hermanas, agradeceros nuevamente vuestro amor, vuestras oraciones, vuestra ayuda, vuestra misas, etc. Por favor, seguid rezando para que pueda levantarme y andar, y os pueda volver a predicar, ¿vale? Bendito sea Dios. Aleluya.

Gracias, gracias Jesús desde mi corazón (2).


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